martes, septiembre 26, 2006

La ciudad en ruinas


"Allí donde comienza el deseo, en el lugar del miedo, donde nada tiene nombre y nada es, sino parece."


La libertad de elegir o rechazar el amor, los abandonos y los arrepentimientos, la desesperación y la esperanza, en suma, todos los detalles que conforman la pasión, no tenían nada que ver con mis sentimientos hacia él en los últimos meses.

¿Por qué entre todos los habitantes de la tierra me tenía que ocurrrir esto a mí? ¿Con lo tranquila que yo estaba con mi vida convencional y aburrida? Dios mio, por qué !?!

Fue así, de la noche a la mañana, tan rápido que todo lo que habíamos construido en unos meses se vino abajo. Toda la pasión, ganas de estar con él por encima de todas las cosas, de sentirlo, de abrazarlo,..todo, absolutamente todo se desvaneció así sin más. ¿Por qué no puedo ser una persona normal y seguir queriéndolo como al principio? Supongo que porque aún siendo Venus, mi amor es para el resto de los mortales pero para mi misma soy un auténtico desastre. Mi supuesto Marte dejó de hacerme sentir amor, sólo lo quería (y lo quiero) como se quiere a un amigo, nada más.

Él está bastante dolido y yo lo siento muchísimo pero no hay nada que yo pueda hacer. Es absurdo alargar algo porque sí, eso sería perder mi tiempo y sobre todo su tiempo, darle falsas esperanzas. Me sigue queriendo y no para de recordármelo, y aunque eso pueda parecer halagador a mí me destroza por dentro porque yo no le puedo corresponder. No puedo evitar el sentirme así, "en ruinas" , una impotencia que recorre mi cuerpo de pies a cabeza y que me hace sentirme "la mujer más mala del mundo mundial".

En una ruptura no sólo sufre el abandonado sino que el que toma la decisión también sale mal parado. Todo proceso de separación es traumático, pero es aqui donde una tiene que sacar fuerzas de donde sea y ponerse a reconstruir todo poco a poco...y tragarse las lágrimas. Será que soy un poco rara y tremendamente complicada como él solía decirme, pero aunque no lo parezca soy la persona más sensible del mundo.

Espero que no siempre sea todo así, que algun día ocurra algún acontecimiento milagroso que me abra las puertas de la percepción, alguien que me haga vibrar y que definitivamente me proporcione una estabilidad emocional. Poder encontrar esa "otra mitad" que supongo que andará vagando por algún lugar del mundo y es por eso por lo que no acabamos de encontrarnos. Puede hasta que tenga suerte y se pare a leer estas lineas.

¿Cuántos años de entrenamiento hacen falta para aprender a disparar directamente al corazón?

Me despido con unas lineas de Escrito en el Cuerpo de Jeanette Winterson:

"El amor pertenece a sí mismo,

sordo a las súplicas,

inmutable ante la violencia.

El amor no es cosa que se pueda negociar.

El amor es lo único más fuerte que el deseo,

la única razón justa para resistir a la tentación."

De momento estoy llena, llena de un gran vacio, pero siempre con mi sonrisa característica de mujer luchadora y valiente.

1 Comments:

Blogger Logan said...

Leo tus líneas con un poco de incredulidad al sentirme incluido en tu situación. Sólo que en mi caso, yo soy el otro. El abandonado, el que sigue queriendo contra viento y marea.

Pero no sufras porque tu amor haya desaparecido: es ley de vida. La otra persona te seguirá queriendo por siempre, aunque ese amor se irá disipando poco a poco, como el agua de una piscina que se evapora con el paso de los años. PArece que durará eternamente pero no. Esa persona te tendrá siempre en un puesto privilegiado de su corazón y seguro que cuando piense en ti, una gran sonrisa poblará el mapa de su cara.

Y tú habrás de seguir tu camino, en esa incansable búsqueda de la felicidad que las personas emprendemos desde el mismo momento que llegamos al mundo y que no paramos de perseguir hasta que nuestro latón deja de latir, nuestros pulmones ya no respiran y nuestra piel, fría, comienza a corromperse.

Los humanos no sabemos bien lo que queremos, pero mataríamos por conseguirlo. Esa frase la escuché una vez y me encantó.

El amor es un niño caprichoso que dispara sus flechas a diestro y siniestro... y de igual manera que las flechas pueden herirnos, las heridas cierran con el tiempo.

He leído tu blog y por un instante, he sentido que te conozco, he sentido que te amo, he sentido que he acariciado tu piel con la yema de mis dedos, y la verdad, se me ha erizado el bello.

Pero supongo que por muy especiales que seamos, todos diferentes, al final las pasiones humanas son todas las mismas y todo se repite en un ciclo sin fin. Por eso tus palabras me han sonado tan familiares.

Me alegra haberte iluminado con mis palabras, que en ocasiones son palabras de desesperación, que brotan de mis dedos al teclado sin control, sin planificación, sin saber siquiera qué escribo.

Un abrazo fuerte.

12:23 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home