martes, octubre 31, 2006

Deja que el mundo te cambie y tú podrás cambiar el mundo


De vuelta al fabuloso mundo de los blogs...no tengo grandes cosas que contar, mi vida sigue igual, todo está estancado. Quizás hoy no sea el mejor día para ponerme a escribir porque especialmente no es un día de los que pueda derrochar felicidad, alegría...es un día bastante estandar.

La verdad es que prefiero escribir cuando estoy contenta, no me gusta mostrar mis más negativos sentimientos al mundo exterior. Yo siempre estoy bien, o al menos aparento estarlo.

Mi vida ya no es como era ántes. Ahora es bastante aburrida y monótona. La monotonía me mata, me fustiga, necesito saber más. Necesito saber lo que piensa realmente él. Hay veces que lo veo claro, tan claro que abriría mis alas y volaría muy lejos. Me quitaría del medio para no crear más malentendidos, porque últimamente parece que soy la reina de la discordia.

Pero hay algo que me empuja a quedarme donde estoy, a seguir adelante por lo que quiero, por lo que siento. Un sentimiento muy extraño que se ha apoderado de mi y de alguna manera no se como definirlo o describirlo. Sé que es agradable, que me hace sentir francamente bien y que hace que acabe suspirando. Todo esto es por tí, maldito seas, sí, maldito porque no tengo nada claro, no sé que me está pasando.

Me gusta estar contigo, me gusta cuando me tocas, cuando toco tu boca, me encanta cuando te ries, tus besos, tus caricias...difícil de describir pero algo parecido a lo escribió Julio Cortázar que, con su permiso, plagio a continuación:

Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja. Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.

1 Comments:

Blogger Logan said...

Me puedo más o menos imaginar lo que te pasa de lo que escribes.

Lo mejor es preguntar las cosas de manera directa. Pregúntale a la persona directamente. No creo que debas darte por rendida ni presuponer o suponer nada.

También he de decirte que a veces las personas no sabemos ni lo que queremos.

Te deseo suerte

3:39 p. m.  

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