miércoles, noviembre 22, 2006

Dian Fossey, la más feroz de las conservacionistas




Dian Fossey , San Francisco, 16 de enero de 1932. Esta zoologa estadounidense realizó una reconocida labor científica y conservacionista con los gorilas de la cadena montañosa de Virunga, en la parte de Ruanda y la República Democrática del Congo.
Se graduó en terapia laboral en el San Jose State College en 1954 y después de trabajar varios años en un hospital de Kentucky, se sintió motivada por el trabajo del destacado zoologo George Schaller que se dedicaba al estudio de los gorilas.

Fossey viajó a África en 1963. Allí observó a los gorilas de las montañas en su hábitat natural y conoció al antropólogo británico Louis Leakey, quien le haría ver la importancia del estudio de los grandes simios para comprender la evolución humana.
Gracias al apoyo recibido por la National Geographic Society y la Fundación Wilkie Fossey tuvo la oportunidad de trabajar en Zaire. Pero pronto la agitada y delicada situación política del país la forzaría a trasladarse a Ruanda para continuar sus investigaciones.

Fue su paciencia y su meticulosa observación de los gorilas lo que le permitieron comprender e imitar su comportamiento, ganando paulatinamente la aceptación de varios grupos. Aprendió a reconocer las características únicas de cada individuo, llegando a tener con ellos una relación de confianza y afecto.

Karisoke, su lugar de estudio, se convirtió en centro internacional de investigación sobre los gorilas cuando ella fundó el Centro de Investigación de Karisoke en 1967, y en 1974 recibió el grado de doctora en Zoología por la Cambridge University.

En 1983 se publicó Gorilas en la niebla, un libro que expone sus observaciones y su relación con los gorilas en todos sus años de estudios de campo. Fossey tuvo en sus 22 años de estudio con gorilas que combatir contra los cazadores furtivos, los cuales estaban llevando a los gorilas a su extinción.

Desfortunadamente, en por su extraña fascinación hacia estas magníficas bestias, muchos la rechazaron y la persiguieron, pues la consideraron una persona inestable que prefería el contacto con gorilas que con seres humanos. Ante esta conducta fue perseguida y sin causa aparente apareció brutalmente asesinada en su vivienda de Karisoke, el 27 de diciembre de 1985. El crimen no ha sido aún resuelto, no obstante se cree que fueron un grupo de cazadores furtivos